lunes, 31 de agosto de 2015

"La Flauta Mágica"


Wolfgang Amadeus Mozart con su última ópera La flauta Mágica dejó una de las creaciones más enigmática de su repertorio no solo por representar al lirismo de la tradición alemana sino crear un cuento de hadas donde reúne todas las contradicciones pero revindica al amor, la verdad sobre el oscurantismo, la justicia del bien y la tolerancia.
En todo cuento triunfa el bien sobre el mal pero aqui se profundiza el camino hacia el iluminismo y el conocimiento donde se plantea el simbolismo masónico que arrastra la sociedad de la época.

Emanuel Schikaneder fue su amigo personal y masón, empresario del Teatro Freihaus en los suburbios de Viena que introdujo en el libreto en ésta ópera su difusión masónica panfletaria con su signo como un rito de iniciación que incita "al silencio que se debe guardar con los secretos de la órden" influenciado por Ignaz von Born un maestro de la logia, aprovecha en realzar su "alter ego" en el personaje de Sarastro.

Mucho se ha escrito sobre éstas interpretaciones que tiene La flauta Mágica que según cada puesta le hacen interpretaciones de difícil tarea para los directores y escenógrafos en su representación, pero es la música lo más significativo que tiene para destacar que trasciende a través de sus cantantes.
La ópera fue estrenada en el Teatro Auf der Wieden con la dirección de Mozart el 30 de septiembre de 1791 con gran éxito y tres meses después Mozart empeora su salud y fallece a los 35 años.

En Buenos Aires el 27 de agosto se estrena en el Teatro Empire una versión moderna de La Flauta Mágica cantada en alemán en 2 actos con libreto de Emanuel Schikaneder, con la orquesta de alumnos del UNA bajo la dirección musical de Cristian Piedrahita, dirección de escena y Regie de Diego Cosin, Coro en colaboración con Ópera Festival B.A
Dirección general y artística y producción de Graciela Gyldenfeldt. 
El elenco está integrado por (Tamino) Jonatan Yones o Diego Loyola, Papageno (Mariano Gladic,o Luis Gyldenfeldt) Pamina (Natalia Bereskyj), Reina de la Noche (Costanza Diaz Falú), Sarastro (Claudio Rotella, Papagena (María Inés Cóspito), Monostrato (Fernando Gyldenfeldt), las 3 Niñas/o (Lucía Alonso, Rocío Alanis, Elisa Gartner), las 3 Damas (Roberta Della Mónica, María Malva Celestino, Daniela Prado).

Como ambientación escenográfíca se utiliza un telón de fondo donde se proyectan algunas fotos en color y la mayoría en blanco/negro ambientando la escena de cierto dramatismo al comienzo en un bosque en que actuarán los cantantes, para continuar con una secuencia de imágenes aleatorias que hacen referencia a la época del renacimiento.
Si bien dijimos que trátase de un cuento de hadas, en ésta representación se hace alusión a la realidad de los tiempos de violencia y revancha de venganza de la convulsionada sociedad moderna.
Con un elenco de cantantes noveles y algunos de mayor trayectoria reunidos en ésta versión aggiornada, sus intérpretes conjugan un entorno muy homogéneo de voces líricas bien ajustadas y correcto desempeño escénico, con un nivel muy parejo de calidad que hace recomendable al espectáculo, que más allá de lo lírico tiene una propuesta ideológica que trasciende el libreto original.

También es necesario remarcar de las buenas actuaciones en general y mencionar la puesta de Diego Cosin, y algunas situaciones propuestas por Mozart (de los niños como adolescentes de nuestra época y de ciertos gestos nuestros que nos identifican), con una puesta que escapa a la solemnidad de la ópera al permitir la interpretación a todo el público. 

Si bien en las aperturas de los actos las secuencias fotográficas acompañan a la música correctamente, solo a modo de opinión de quién escribe considera muy reiterativas las imágenes fotográficas especialmente en el segundo acto, seleccionadas por Candelaria Frias, que durante algunos pasajes consiguen confundir con la arquitectura de nuestro Art Noveau, su interpretación con relación a la acción de la trama.
   
Argumento

Tamino está en el bosque perseguido por una serpiente y las tres damas de la Reina de la Noche lo salvan.  Aparece Papageno, quién caza pájaros para la Reina de la Noche y le dice a Tamino, que ha matado a la serpiente. Tres damas lo castigan con un candado en la boca por mentir y le entregan a Tamino el retrato de Pamina de quién se enamora inmediatamente. 

La Reina de la Noche le cuenta a Tamino que su hija Pamina, fue secuestrada por Sarastro y él debe salvarla para casarse con ella y en tanto la Reina de la Noche desaparece. Las tres damas les entregan a Papageno un carrillón y a Tamino una flauta mágica.
Pamina quiere huir del templo de Sarastro y se encuentra con Papageno quién la ayuda. Luego aparece Tamino que no le puede hablar y ellos se enamoran de sólo mirarse, mientras que Monostatos trata por su lado de poseer a Pamina.
Tamino decide aceptar las pruebas de la amistad para unirse a Pamina, mientras Papageno sueña sólo con su Papagena.
A Tamino lo conducen tres niños por el camino a seguir tocando su Flauta que hace aparecer a todos los animalitos del lugar.

Pamina y Papageno llegan por otro lado y se encuentran con Sarastro, luego entra Tamino traído por Monostatos.
Tamino se decide a cumplir con las pruebas del agua y del fuego. En su camino se une Pamina y aunque la Reina de La Noche intenta impedir su propósito éstos logran cumplirlo y finalmente el sonido del carrillón llama al triunfo con la fuerza del amor y la sabiduría.